Análisis de medios 2 de noviembre de 2013

¿Qué hay detrás del «Acuerdo de Nación» firmado ayer?

La firma de un supuesto Acuerdo de Nación, sin la participación de los candidatos del FMLN, ni de miembros de ese partido, de quienes los organizadores adujeron que habían participado en la preparación de la propuesta, se divulga hoy profusamente en los medios de prensa de derecha. 

LPG: Candidatos se comprometen a elaborar Acuerdo de Nación; EDH: Sin FMLN, candidatos y partidos se comprometen con «Acuerdo de Nación»; DEM: Cuatro candidatos firman acuerdo de nación 2014-44; DLP: Partidos políticos firman Acuerdo de Nación, con excepción del FMLN

 Llama la atención que esta iniciativa, surja de la noche a la mañana, en plena campaña electoral y que se reduzca a una serie de generalidades sin mayor fundamento, pero que -en esencia- refleja una corriente de pensamiento profundamente conservadora, ideológicamente enmarcada en las nuevas concepciones de los especialistas en política exterior de los Estados Unidos para el hemisferio sur.

 En ese sentido, no parece una coincidencia los países que se han tomado como referencia y que algunos de ellos (Chile, Perú y México, además de EEUU), asistieran como «testigos» del supuesto pacto.

 En efecto, Mèxico, Colombia, Panamá, Perú y  Chile, han constituido desde hace ya tiempo (y los medios han estado informando al respecto) un bloque promovido desde Washington, para generar políticas regionales que se contrapongan y limiten las de integración continental independiente de EEUU, que se promueve desde la Alianza ALBA, CELAC, UNASUR y otras instancias e iniciativas progresistas, cuya acento es la inversión social, el comercio justo entre naciones de la región, soberanía, independencia y complementariedad en recursos y potencialidades de sus estados miembros, para el desarrollo social del conjunto.

 Efectivamente, ya en 2011 Oscar Ugarteche, economista peruano del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México, alertaba sobre algunas características del llamado «Bloque del Pacífico», y aunque sus reflexiones se centraban en la relación de ese bloque con MERCOSUR, y las políticas de México hacia la región, algunos de sus puntos tiene relevancia desde la perspectiva de las razones por las que fue creado ese bloque, sus funciones y concepción,  (El Bloque del Pacífico desde la integración estratégica), <<Los tres gobiernos sudamericanos del grupo (Chile, Colombia y Perú) tiene en común no haber firmado el acta de constitución del Banco del Sur, no tener acuerdos comerciales con el MERCOSUR vigentes –son observadores–, tener TLCs firmados con Estados Unidos que aseguran arancel de 0% – lo que impide el acuerdo con el MERCOSUR cuyo piso es 5% – y carecer de un sector industrial nacional significativo.>>

 <<Quizás lo que más se aproxime a este acuerdo, dados los sendos TLCs existentes con Estados Unidos, sea el difunto ALCA. Para completar un ALCA sin gobiernos independientes de Washington solo faltarían los países centroamericanos. Este acuerdo ciertamente quiere contrapesar la influencia de Brasil en Sudamérica, pero contraproponiéndole no a México, que es el grande de los cuatro, sino a Estados Unidos, que sin duda es potencialmente el mayor exportador industrial a estos cuatro países. (…)  Marco Aurelio García, asesor internacional de Dilma Rousseff, señala en una entrevista en la Folha de Sao Paulo que este bloque no es una amenaza para Brasil, lo que es verdad. El error es pensar que esta es una iniciativa para beneficio de uno de los cuatro miembros y no de un quinto siguiendo el principio de a río revuelto. El Bloque del Pacifico no está hecho para competir sino para bloquear la expansión económica y política, en especial en el contexto actual, a través del Perú, ahora virtual socio político de Brasil. >> (las negritas son nuestras) . 

 Aunque Ugarteche subraya que falta algún país de Centroamérica en ese bloque, en el tiempo desde que se escribieron esas reflexiones (2011) se ha incorporado Panamá como observador, lo que no quiere decir que no sea apetecible para Washington que a ese grupo se incorpore otro país del Pacífico, El Salvador.

 Desde que ARENA perdió el gobierno en 2009, desde Washington se han hecho permanentes esfuerzos por asegurar que El Salvador no optara por su incorporación a opciones ligadas a la mayor corriente de integración, con justicia social y desarrollo a nivel continental, promovida desde Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba, Argentina, Uruguay, etc.

 La visita del Presidente Obama, para la firma de los acuerdos del Asocio para el Crecimiento, ha de enmarcarse necesariamente en esas iniciativas geopolíticas.  Del mismo, debe considerarse la insistencia en determinados aspectos de los Asocios Público Privados, limitados en el texto finalmente aprobado de la Ley respectiva en El Salvador, pero que la oposición de derecha permanentemente busca reformar.

 Al evento en cuestión de esta semana también asistieron ANEP, FUSADES, y, según algunos medios, la UCA. Por otra parte, las dos empresas que lo  financiaron fueron AVIANCA y La Constancia.

 Hoy El Salvador se encuentra ante esta «iniciativa», que pretende establecer el paradigma económico y social para los próximos 30 años,  y no solo la derecha política abraza con júbilo la participación de los países mencionados anteriormente, sino que la prensa aborda, ya no desde los titulares, sino desde las columnas de opinión, los elementos ideológicos que favorezcan el fomento de estas alianzas para el futuro. 

 Esto último se puede encontrar hoy mismo en un editorial de Eduardo Torres, Director Editorial de EDH, De modelos y de la elección, quien de una sola vez, inicia su artículo estableciendo claramente su visión acerca de lo que se estaría jugando en estas elecciones  <<Dos modelos estarán en juego cuando vayamos a votar los salvadoreños el próximo 2 de febrero: el que han seguido las naciones más prósperas del planeta, basado en el imperio del Estado de Derecho, en un esquema de libertades y de economías abiertas, cuya última vertiente en la región es la Alianza del Pacífico, compuesta como estados miembros por México, Colombia, Perú y Chile; Panamá como observador. O el bloque ALBA, compuesto por regímenes autoritarios que socavan las libertades buscando eternizarse en el poder con la ayuda de los petrodólares. Los países parte de este esquema son Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. El Salvador, en veremos. >>

 Torres, además se muestra preocupado por la pésima campaña desarrollada por ARENA y ve con horror que la izquierda se afianza en base a su consistencia en los mensajes propositivos, tan en las antípodas de la anticuada campaña negativa de los tricolor.  Pero para los fines de este análisis el primer párrafo anteriormente citado resulta relevante.

 No solemos tomar en cuenta, por su falta de seriedad y rigor habituales al polémico Paolo Luers; en todo caso solo mencionar que en su  Carta al candidato del FMLN también hace referencia a ese encuentro que la prensa celebra alborozada. Pretendiendo presentar un supuesto punto de vista divergente con el resto de los medios, termina simplemente siguiendo la «línea oficial» pero -a diferencia de otros, y como es habitual en él- el punto central del asunto se le escapa miserablemente al bueno de Paolo.

 Acuerdo de Nación: apunten contra ALBA

Como si fueran noticias sin relación alguna, los medios de prensa destacan este día otro tema: las denuncias ante la FGR que ANEP  (cumpliendo descaradamente el papel que el partido al que financian, ARENA, no cumple a entera satisfacción de los empresarios), fue a colocar en contra de las empresas ALBA, unos supuestos y enigmáticos iraníes, el dirigente de ALBA y del FMLN, José Luis Merino, entre otra enorme cantidad de alegatos descabellados, a los que por lo visto, el fiscal general no prestará mayor atención. 

 Más allá de los fantasmas y obsesiones de los patéticos dirigentes actuales de ANEP, es importante registrar el hecho de que algo tan burdo, tan falto de rigor, tan evidentemente propagandístico, sea retomado por supuestos medios «serios» de comunicación, sin mayores cuestionamientos, sin contextos. A pie juntillas.

 Esa difusión no parece, pues casual, y es difícil no relacionar aquel evento en un carísimo hotel capitalino, donde se impulsaba una política tendente a la inclusión de El Salvador en el Bloque del Pacífico, y estas denuncias, apuntando a montar una nueva campaña de miedo contra todo aquello que tenga color, sabor u olor a ALBA, a Petrocaribe, pero sobre todo a cualquier iniciativa que promueva la integración o acercamiento al conjunto de naciones que, por asumirse independientes y soberanas recurren a nuevas formas de integración regional y continental.  Iniciativas que para los halcones de Washington y los zopilotes locales suenan a amenazas de enemigos mortales.

 Tampoco parecen ajenas a estas movidas, iniciativas como la carta de dos congresistas estadounidenses dirigida a John Kerrry mostrando «preocupación» por «las credenciales democráticas del candidato del FMLN, Salvador Sánchez Cerén, en virtud de sus simpatías hacia el modelo del Socialismo del Siglo XXI, promovido desde Venezuela» 

 LPG: ANEP pide a FGR indagar a ALBA por lavado de dinero y corrupción; EDH: ANEP: Iraníes ligados a Hezbollah en Alba Petróleos; DEM: ANEP pide “interrogar” a iraníes afines al ALBA;  DLP: Carta dirigida al Secretario de Estado de EE.UU. cuestiona candidaturas de Sánchez Cerén y Saca

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