Análisis de medios 26 de abril de 2016

Un Primero de Mayo en combate

A las puertas de la mayor celebración anual de la clase trabajadora, la lucha de clases en El Salvador se agudiza.

Por un lado, los enemigos históricos de los trabajadores organizan incesantemente la implementación de su estrategia continental para derrocar a los gobiernos surgidos de movimientos populares y partidos progresistas y revolucionarios, tratando de revertir los avances y conquistas alcanzadas a través de la irrupción y el acceso a la administración del Estado, desde finales de los años 90, de amplios sectores del pueblo, históricamente olvidados y despreciados por las burguesías oligárquicas en América Latina.

Por otro, amplios movimientos populares se organicen y resisten activamente la embestida de la restauración neoliberal.

En Brasil, poderosos terratenientes, aliados a la burguesía financiera local y transnacional, utilizan sus peones y alfiles colocados en Congreso y Senado, para conformar con sectores corruptos del poder judicial, la fuerza de choque contra el gobierno de Dilma Rousseff; en Venezuela, desde la Asamblea Nacional, las fuerzas de la derecha y la extrema derecha, unificadas en una alianza financiada por capitales transnacionales y el departamento de Estado de EEUU, buscan todos los medios posibles para mantener sus acciones golpistas bajo disfraces institucionales.

En Argentina fue donde las fuerzas del neoliberalismo más salvaje y violento, logró por medio de un discurso elusivo y mentiroso, confundir y engañar a una población que veía también confusión y falta de unidad para la batalla en las fuerzas progresistas, las mismas que habían logrado sacar al país de la ruina en que aquel modelo capitalista neoliberal dependiente, ahora nuevamente triunfante, lo había hundido.

El resultado inmediato del gobierno Macri fue represión sindical y social como base previa para reinstalar, de un solo golpe, las medidas extremas que han causado en poco tiempo incremento exponencial de la pobreza, aumento desproporcionado de los servicios públicos, despidos masivos de trabajadores del Estado, desprotección social, aceptación de pago sin condiciones a los especuladores internacionales en los llamados «fondos buitre». En fin, un retroceso generalizado de las condiciones de vida de las mayorías, regreso a los sistemas de privilegio para las clases dominantes y entrega incondicional de la soberanía nacional.

Sin duda, en esos y otros países de Nuestra América el 1 de Mayo será una jornada de lucha y de combate de la clase trabajadora no solo en defensa de sus derechos sino de la soberanía nacional y la integración latinoamericana, frente al entreguismo de la derecha y ultraderecha neoliberal.

Mientras tanto, en El Salvador…

…Cada clase vela sus armas. Mientras la derecha mas extremista busca reproducir en el país los referentes sudamericanos establecidos por aquellas oligarquías locales, propiciando condiciones para el descalabro del Estado, la desestabilización del gobierno, y el fomento de percepción social negativa hacia sus gobernantes, la clase trabajadora y los sectores populares se aglutinan en torno a un gobierno que demuestra en los hechos un accionar claro en favor de las mayorías, y una lucha frontal contra la delincuencia y la corrupción.

El evento de la empresa privada conocido como ENADE 2016, al que el ingenio popular ha rebautizado como EVADE2016, representa en esta lucha, una calculada maniobra de provocación de aquellos sectores extremistas, que han ido viendo que sus posiciones se debilitan, aún entre los sectores conservadores de la política y los negocios.

Traer a José María Aznar a hablar de corrupción, como ya se mencionó en numerosas ocasiones, incluyendo estas mismas páginas, no es más que un intento de forzar las cosas, romper puentes, trayendo a un incendiario disfrazado de bombero para que nos explique temas de los que sabe bastante, por haberlo practicado tanto como gobernante, como político y como simple ciudadano. Las denuncias ante la hacienda pública española hablan por si mismas. Solo EDH, en su tradicional linea editorial, es capaz de defender a Aznar y presentarlo como un modelo a seguir: La Nota del Día, José María Aznar, paladín del libre mercado.

La corrupción, en todo caso, es la excusa que encontró Jorge Daboub y su clan de fanáticos que le hacen coro en la ANEP, para poner a otro fanático a despotricar contra el gobierno de izquierda de El Salvador, pero sobre todo contra todo lo que huela según Daboub-Aznar a «socialismo».

Siguiendo el esquema de Brasil buscan con desesperación, fabricar una ecuación entre gobierno de izquierda= gastos sociales= despilfarro= corrupción.

De tal manera que, luego de haber promovido durante toda la gestión Sánchez Cerén, la idea de que la inversión social es en realidad un gasto innecesario, promueven la matriz de que el gobierno del FMLN no ejecuta de manera eficiente sus presupuestos, que dilapida el dinero o, peor aún, lo roba, y que por lo tanto, una comisión internacional es imprescindible para investigar esos delitos. Así promoverían la linea intervencionista externa que, por ahora, tan poco resultado le ha dado en El Salvador, pero que resultó instrumental para que esa derecha neoliberal consolidara posiciones en Guatemala y Honduras, por ejemplo.

Pero esa linea de provocación también muestra claramente la debilidad de sus posiciones. Los éxitos iniciales en el combate a la delincuencia, la evidente transparencia en el manejo de los fondos destinados a esos fines por parte del gobierno, que se apresuró a tomarle la palabra a la oposición en cuanto a la creación de una suerte de ente fiscalizador de esos fondos, no solo desarticuló el discurso de quienes pretendían obstaculizar el trabajo del gobierno en seguridad, sino que dividió de hecho a las fuerzas de derecha en dos sectores: los que creen que el tema es una cuestión de Estado y por lo tanto debe trabajar de la mano del gobierno para buscar soluciones como Nación, y por otro lado, los especuladores electoreros, que apostaban al descrédito del gobierno a costa de la sangre del pueblo, y que para ello veían necesario obstaculizar todo accionar gubernamental en materia de seguridad, bloqueando cuanto fondo fuera posible.

De los segundos, nada se puede esperar más que actitudes como las del afortunadamente saliente presidente de ANEP. Por ello se ha ganado con todos los honores la bofetada que representó para la gremial, el comunicado de la Presidencia de la República, rechazando la participación del Ejecutivo en ese evento, montado con toda la mala intención del mundo.

Se trata de una nueva derrota política para ese pequeño grupo de empresarios que también tienen su representación política en varios extremistas del partido ARENA, incluyendo personajes como Muyshondt y Portillo Cuadra.

Por otra parte, quienes decidieron apoyar al gobierno en su esfuerzo en la lucha contra el crimen organizado en forma de pandillas, se enfrentan ahora a una «prueba de su sinceridad». Las declaraciones son bienvenidas, el apoyo sin duda fortalece las políticas de seguridad del gobierno, pero sin aprobación de los fondos requeridos, esas declaraciones solo se quedarán en palabras, La hora de la verdad llegará para quienes comparten hoy las cámaras junto a los funcionarios encargados de implementar los planes de seguridad.

Por otra parte, en el campo popular, la movilización del 1 de mayo, su preparación cuidadosa debe llevar a que el domingo el mensaje sea claro y directo, para derribar de una vez por todas las ilusiones golpistas de quienes miran hacia fuera del país buscando inspiración para recobrar su poder perdido.

Para la clase trabajadora se trata de un desafío de unidad y coherencia. De defensa de lo conquistado, de lucha por acercarse a un salario mínimo justo (y en ese sentido, la propuesta que más se acerca es la del gobierno), de la defensa de la reforma de pensiones que arranque de una vez por todas de las manos de las AFP, una suculenta caja de comisiones y ganancias sin fin, a costa de los ahorros de los trabajadores y trabajadoras cotizantes.

Pero si la marcha del 1 de Mayo se queda en lo reivindicativo, poco habremos avanzado en esta lucha continental, en este combate frontal contra los golpistas de todo tipo, que desde el sur hasta el norte pretenden mover hacia atrás las agujas del reloj, a los oscuros años 80 y 90 del siglo pasado. Detener esa mano criminal, apoyar la estrategia del gobierno en seguridad, prevención, y promoción de los programas sociales, es también defender la institucionalidad, reclamar al órgano judicial que cumpla con su deber, se sanee y depure, y que la Sala de lo Constitucional deje de ser el eje instrumental de los golpistas de nuevo tipo. Y si lo sigue siendo, que esa actitud no sea ni premiada, ni olvidada, mucho menos que quede impune en la memoria de la clase trabajadora.

ENLACES

LPG

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